KLIMT EL FRISO DE BEETHOVEN


El objetivo de Klimt fue ser reconocido como un renombrado pintor de decoraciones arquitectónicas, un prestigio que había ganado gracias a sus primeros trabajos en los que se incluyen: iglesias, museos, teatros. Su éxito fue creciendo poco a poco hasta alcanzar un nivel sorprendente. Comenzó a expandirse cada vez más gracias a la serie Allegories. A esa seguiría una nueva serie de Allegories entre 1896 a 1900. En estos trabajos Klimt ya había definido su estilo personal. Las características que utilizaría en sus trabajos ya estaban determinadas. Su obra dejaba traslucir cuánto del trabajo de orfebrería, que había observado a su padre, había asimilado y lo estaba utilizando. Lo femenino, el simbolismo clásico y lo abstracto estaban presentes en todas sus obras. Además, en muchas de sus pinturas había incorporado el pan de oro.

KLIMT EL FRISO DE BEETHOVEN

KLIMT EL FRISO DE BEETHOVEN

KLIMT EL FRISO DE BEETHOVEN

El éxito comercial le llegó con las críticas favorables. Luego de uno de sus viajes por Italia trabajó en la decoración del hogar de un millonario belga; del Palacio Stoclet. Este edificio se convirtió en el representante del Art Nouveau de Centroeuropa. Sus obras El Cumplimiento y la Expectación, muestran la cúspide a la que llegó su poder de creatividad.

Por los años 1902, por motivo de un homenaje a Beethoven, trabajó en el Friso de Beethoven, solicitado para la XIV exposición de los secesionistas  vieneses. Con ese motivo también se expuso una gran escultura policromada de Max Klinger. Se suponía que este Friso iba a ser expuesta sólo una temporada, por eso Klimt lo pintó directamente en la pared, con una técnica sencilla y muy ligera. Pero, finalmente decidieron conservarlo y la volvieron exhibir en 1986.

Luego obtendría el contrato para pintar, con Franz Matsch, los tres temas: Filosofía, Jurisprudencia y medicina, para la Universidad, que nunca terminaron. Trabajos que serán muy cuestionados y que llevarán a Klimt a renunciar a sus contratos con el estado. Y a comenzar una periodo independiente.

Gracias a la libertad obtenida  Klimt se dedicaría a continuar son sus viajes por Italia: Florencia, Venecia, Rávena. Visitaría iglesias. Conocería  la de San Vital y  San Apolinar.

Después de estos viajes comenzó lo que muchos críticos llaman  su etapa de madurez. Liberado de su responsabilidad que lo ataba al estado viajaba frecuentemente con su esposa, especialmente al lago Attersee,  lugar dónde realizó algunos paisajes. Estos cuadros representan una excepción en el trabajo de Klimt que siempre prefería pintar a la figura femenina. La historia del arte no cuenta con  ningún autoretrato del pintor, no se consideró personaje para retratar.

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