SOFONISBA ANGUISSOLA – OBRA: RETRATO DE LA REINA ISABEL DE VALOIS


Sofonisba es considerada una feminista. Su vida y su obra sirven de ejemplo para todas las mujeres de su época y significa una gran influencia para aquellas que siguieron luego la carrera del arte. Entre los trabajos de esta pintora cuentan unas cincuenta obras, las que se pueden apreciar dentro de las mejores galerías del mundo. Su calidad pictórica constan, y dan fe, en los cuadros que pintó y que se exponen en las galerías de Budapest, Madrid, (Museo del Prado), Bérgamo, Milán (Pinacoteca de Brera), Nápoles, Siena y Florencia(Galería Uffizi).

SOFONISBA ANGUISSOLA – OBRA: RETRATO DE LA REINA ISABEL DE VALOIS

SOFONISBA ANGUISSOLA – OBRA: RETRATO DE LA REINA ISABEL DE VALOIS

SOFONISBA ANGUISSOLA – OBRA: RETRATO DE LA REINA ISABEL DE VALOIS

Su obra ha tenido una enorme influencia entre los pintores de su tiempo y en las generaciones de artistas posteriores. El retrato que hizo de Isabel de Valois, con una piel de marta cibélica, fue tan copiado por los demás pintores, que se considera que es el cuadro que más influyó en el arte pictórico del momento. Entre los pintores que copiaron a Sofonisba está nada más ni nada menos que Pedro Pablo Rubens.

A pesar de haberle tocado vivir una época en la que a la mujer no le quedaba otro espacio que el que le permitía las paredes que encerraban su hogar, ella supo abrirse camino en el ambiente exterior. Y a pesar de vivir en un mundo donde a la mujer se la condenaba a los quehaceres domésticos o al bordado, se las alejaba de todo contacto con la educación y el arte, ella supo abrirse camino en la profesión pictórica con mucho éxito. Sofonisba señaló el camino a seguir a las demás mujeres quienes poco a poco fueron siguiendo su ejemplo y logrando consolidarse en carreras artísticas.

Sus autorretratos y retratos son grandes obras maestras y forman parte de la historia del arte. Tenemos por ejemplo:The theme of political struggle. Y Retrato de Isabel de Valois. En este último destaca las joyas y el peinado de la Reina. También este cuadro muestra la delicadeza del rostro de Isabel, su media sonrisa. Su mirada profunda y delicada. En el cuadro cobra realce la gargantilla, muy llamativa, que hace juego con las perlas. Su vestido tiene un drapeado que cubre casi todo su cuello, característica de su tiempo. Este es un retrato del Siglo XVI de, 1565.

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